Puglia IGT es una denominación regional para la región de Puglia en el sur de Italia. Desde su introducción en noviembre de 1995, se ha convertido en una de las 120 IGT, (Indicazione Geografica Tipica), más ampliamente utilizada de Italia, y por lo tanto, una de las denominaciones de vino más importantes del país. Se enumeraron más de 50 variedades de uva cuando las leyes de producción se actualizaron en 2013, creando una división uniforme entre las variedades rojas y blancas. Es probable que este número aumente gradualmente en los próximos años, a medida que los enólogos de la región continúen buscando y utilizando nuevas variedades. La extensión de esta lista refleja claramente la creciente preferencia por la elaboración de vinos por variedades en el sur de Italia, en sí misma un reflejo de esta tendencia en las tendencias mundiales de consumo. Como es común para los títulos de IGT, la lista muestra una mezcla de clásicos italianos y las variedades mundialmente populares que se han abierto camino desde Francia a lo largo de los años, Las más populares parecen ser Chardonnay y Syrah. Actualmente, la mayoría de los vinos son blancos secos y tintos producidos a partir de las variedades tradicionales de la región: Primitivo , Negroamaro y Uva di Troia para tintos y Falanghina , Fiano y Muscat para blancos. La uva favorita de Italia, Sangiovese , también es cada vez más común en estos vinos.

La categoría IGT se introdujo en la década de 1990 como una forma de equilibrar las clasificaciones de vinos italianos. Desde el principio, los productores de vino de Apulia acogieron calurosamente la categoría IGT, y la región es ahora una de las principales fuentes de vino de nivel IGT en Italia. Puglia y el Languedoc en el sur de Francia tienen mucho en común: ambas son las regiones más meridionales, más cálidas y más pobres de sus respectivas naciones. Ambos también tienen extensas costas mediterráneas bordeadas por llanuras que se elevan constantemente en montañas bajas, y ambos se caracterizan por suelos de piedra caliza matorrales y bañados por el sol, enfriados en las noches de verano por la fresca brisa del Mediterráneo. Lo más significativo de todo es que, durante el siglo pasado más o menos, ambas regiones han centrado su industria en torno al volumen de producción, y ambas tienen un sistema bien establecido de vinificación cooperativa. Esto último explica en gran medida la aceptación entusiasta de Puglia de la categoría IGT, cuyas restricciones de rendimiento relativamente relajadas permiten a los viticultores y cooperativas continuar con su tradicional sistema de producción de alto rendimiento. Más allá del título regional de Puglia IGT, Puglia es el hogar de varios títulos subregionales de IGT, que también han demostrado ser extremadamente exitosos. Estos son Tarantino , Salento , Daunia y Murgia.

La nero d'Avola es una variedad de uva tinta de vitis vinífera que, con toda probabilidad, fue llevada a Sicilia por los Fenicios, siendo allí la variedad de uva más importante y de mayor calidad, además de una de las variedades con mejor calidad de Italia. Los análisis ampelográficos de la variedad indican que, genéticamente, procede de una uva griega hibridada con alguna casta salvaje autóctona siciliana. Su nombre significa Negra de Avola que es una pequeña localidad situada en el sur de Sicilia. También es conocida como Calabrese y, según parece, este nombre no procede de Calabria, sino que es una derivación del nombre de Cala de Vrisi (Avola). La traducción literal del nombre será uva negra dÁvola. Es la variedad estelar siciliana, hasta convertirse en uno de los símbolos de su enología, porque abarca cada rincón de la isla.

La variedad nero d’Avola es una uva de difícil maduración, sobre todo en el este de la isla, que necesita mucho calor y terrenos arenosos para expresar toda su paleta olfativa, con el riesgo siempre de que puedan destacar de forma agresiva las notas animales y terciarias y potenciarse la rusticidad que lleva consigo. En los terrenos más calcáreos y zonas menos calurosas, en algunas ocasiones, la parte placentera de la variedad puede resultar dañada por sensaciones más animales y terciarias y menos refinadas, más opulentas. Esa es una de las causas por las cuales se ensambla, para refinar el vino y hacerlo más suave sin que pierda su enorme personalidad, con castas francesas como cabernet sauvignon, merlot y syrah (sobre todo esta última) que suponen un riesgo porque en estas latitudes se acentúan de forma notable las notas vegetales, de sobremaduración y que terminan por resaltar los aspectos más agresivos, verdes y pastosos. Las vides se adaptan muy bien a climas cálidos y relativamente secos, justo las condiciones de Sicilia. Su maduración es complicada, necesitando mucho calor y terrenos arenosos para desarrollar todo su potencial. La planta es bastante resistente a las enfermedades, los racimos son medios poco compactos, de grano medio y hollejo grueso.

La nero d'Avola es la variedad tinta más representativa del viñedo siciliano, y la más conocida en el mundo, con más de 18.000 hectáreas plantadas, siendo la segunda más cultivada de la isla, sólo detrás de la catarratto blanca. Desde Sicilia esta uva se ha extendido también a California, Australia, Malta, Turquía y Sudáfrica.

Sus vinos son rústicos, brillantes, con un vivo color rojo cereza o rubí con toques púrpura en su juventud, que se van volviendo granate en su envejecimiento. Son bastante tánicos, con un grado alcohólico elevado, nariz afrutada con intensos aromas a mora. Su boca compleja, seca, algo ácida, con notas de violeta y especias (regaliz y clavos de olor), ciruela pasa, cereza, mora, grosella negra, frambuesa y chocolate, cuero y tabaco. Es redondo, cálido y con buen cuerpo. Al mezclarse con uvas de variedad cabernet y merlot se suaviza y se hace más amable. Tradicionalmente se utilizaba para fortaleces otros caldos de uvas menos potentes. Por su alto contenido en azúcares y taninos, y su baja acidez, se consideraba una uva excesiva para utilizarse en monovarietales. Actualmente, con las nuevas técnicas de cultivos en las que se consigue una menor producción y maceraciones en frio, se consigue aumentar la acidez y disminuir el contenido de azucares, taninos y alcohol, obteniéndose unos muy buenos monovarietales.