Vins de Taller es la culminación de un sueño perseguido por un experto en plantas, jardines y paisaje, que convirtió un erial en un jardín, y unos campos en unos viñedos. Antoni Falcón creó Vins de Taller en 2002 en Siurana d'Empordà, sabiendo que un proyecto de estas características precisa grandes dosis de ilusión y experiencia, y consciente de que la paciencia y el factor tiempo son fundamentales en los procesos que tienen como base las plantas. Hace 17 años que nació Vins de Taller, una sociedad primero limitada al entorno familiar y posteriormente ampliada a un grupo de socios y amigos que comparten una misma manera de ver la vida. Todos ellos, de profesiones liberales y creativas, aportan rigor, experiencia y nuevas ideas al proyecto común donde prevalece la excelencia de los vinos por encima de una producción elevada de botellas. A Vins de Taller trabajamos de la mano de la naturaleza: comprendemos que no basta con respetar los ciclos naturales de los viñedos, sino que también hay que ayudarlas a prosperar. Inspirados por los consejos de los viticultores de la antigüedad clásica, damos a la palabra cultura su sentido original, el de cultivo. Nuestras técnicas son una combinación de lo mejor de la producción ecológica, la biodinámica y la Agroforestería. El terroir y los varietales hacen el resto.

Uno de los posibles alicientes de pasear por los viñedos de Vins de Taller es poder visitar el jardín particular de la familia Falcón. El Antoni lleva más de 40 años dedicándose al mundo de las plantas y el paisaje. Después de haber realizado infinidad de jardines y parques, hace 15 años él y su mujer, Patrizia, arquitecta-paisajista, decidieron echar raíces en el Empordà y plantar finalmente su propio jardín. Este jardín muestra una gran variedad de especies arbustivas y de plantas vivaces. Tiene, además, una colección de más de 100 rosales de variedades antiguas, y algunos árboles singulares. Quizás lo más interesante, desde el punto de vista paisajístico, es la transición desde la terraza en el jardín, la balsa-piscina, la vista en la primera viña experimental que se plantó en el inicio de la actividad vitivinícola y el campo de olivos, para finalizar la visual con el bosque del Serrat de Pinos halepensis, Robles y Encinas.

El terroir
Cada edición de Vinos de Taller es fruto de un largo proceso natural que combina varios factores: prácticas de viticultura y vinicultura propias, los varietales con que se han elaborado, el clima mediterráneo y el suelo donde se cultivan las cepas. Estas características únicas son las que conforman un tierra, nuestro terroir ampurdanés. Los campos de Vins de Taller se encuentran en la Región III, según la escala vinícola de Winkler y Amerine. El viento natural de la zona es la tramontana ampurdanesa, que puede llegar a soplar por encima de los 120 km / h. Las temperaturas varían bastante entre el día y la noche, sobre todo en los viñedos del bosque, plantados con la variedad Malbec. La pluviometría es irregular a lo largo del año, típica del clima mediterráneo, y escasa en verano. Geológicamente, nos situamos en la depresión del Empordà, de origen tectónico. Esta está formada por un gran compartimento hundido en diferentes bloques para la acción de importantes fracturas (fallas), activadas hace 25 millones de años durante la etapa distensiva Neógeno. Asociadas a esta etapa están las manifestaciones volcánicas de Arenys d'Empordà, Vilamacolum, Pedret i Roses, que tuvieron lugar hace unos 10 millones de años. El suelo de nuestros viñedos es álcali, con una textura franca, formada por un 47% de limo, un 36% de arena y un 17% de arcilla. En Vins de Taller estamos convencidos de que los vinos de calidad provienen de un trabajo constante, que comienza desde el momento de plantar los campos. En nuestros viñedos, las cepas están plantadas densamente para conseguir una mayor competencia radicular entre ellos y, por tanto, la producción se limita de manera natural y es de una mayor calidad. El rendimiento medio calculado para las cepas de uva tinta es de 0,8 a 1 kg, y para los varietales blancos de 1,2 a 1,5 kg. También practicamos la técnica de la cubierta vegetal en los caminos entre cepas, para mantener la humedad natural del suelo y garantizar la disponibilidad de agua. Nuestros cepas no disponen de ningún aporte suplementario de agua, por lo que se vuelven más resistentes a los golpes de calor, al tiempo que sus raíces penetran más profundamente en la tierra para buscar agua a más profundidad. Cultivamos las cepas con espaldera para conseguir una mayor superficie de hoja y fruto expuestos al sol. En captar más luz, el crecimiento de todos los órganos de la planta es más provechoso. Una vez los racimos de uva están formados, deshojado uno a uno las cepas, eliminando las hojas basales y permitiendo que los frutos maduren a pleno sol.

Vins de Taller está enclavado en Siurana d'Empordà, y responde a la imagen del Mediterráneo clásica, con viñedos, olivares y campos de trigo. La viña ocupa una superficie total de ocho hectáreas de terreno, bordeadas por una superficie equivalente de bosque que ayuda a contrastar la temperatura entre el día y la noche. Al viñedo disponemos de 22.956 cepas de las variedades siguientes:
- Viognier 3.735 unidades.
- Lledoner rojo 3.101 unidades.
- Merlot 7.010 unidades.
- Marselan 1.960 unidades.
- Cortese 2.000 unidades.
- Malbec 1.750 unidades.
- Syrah 1.700 unidades.
- Monastrell 1.700 unidades.

La Bodega Verde de Vins de Taller es un ejemplo de arquitectura sostenible integrada en el paisaje. Se llega siguiendo un camino rodeado de los viñedos de Siurana d'Empordà. Es un espacio perfecto para celebrar todo tipo de eventos, tanto para particulares como para empresas. En este sentido, ponemos a su disposición dos opciones diferentes, en función de sus necesidades:
- Alquiler de la bodega y de los viñedos: Tanto para un evento particular o empresarial.
- Alquiler y organización del evento: Si desea celebrar un acto pero no dispone del tiempo o de la experiencia para gestionar todos los detalles, en Vins de Taller nos encargamos de hacerlo. Adecuaremos el espacio al tipo de evento, contrataremos el catering y dispondrá de nuestros vinos para disfrutar de un maridaje exquisito.

El tiempo de vendimia empieza a Vins de Taller a principios de agosto. Vigilamos diariamente la evolución de la uva, la concentración de azúcares, la acidez, su estado sanitario y una vez llega su punto óptimo de madurez, tanto fenólica como organoléptica, comienza el momento de la vendimia. La uva es vendimia de madrugada, en cajas de 20 kg por conservar al máximo su estructura y cualidades. Mantener las uvas intactos y frescos es vital para garantizar la esencia de sus aromas. Por ello utilizamos un camión refrigerado que nos asegura que mantiene la uva por debajo de los 10ºC para evitar las alteraciones microbiológicas, a la vez que nos da la oportunidad de hacer maceraciones pre fermentativas con las que conseguimos extraer los aromas primarios propios de la fruta sin sufrir oxidaciones.

Las técnicas que aplicamos para elaborar vinos orgánicos siguen los principios de la agricultura ecológica en todo el proceso de producción. Desde la elaboración en el envasado y la comercialización, todos los procesos de Vins de Taller disponen de la certificación de cultivo ecológico CCPAE y europea. "Orgánico" significa que, cuando hay que abonar o tratar las enfermedades de los viñedos, utilizamos productos naturales en lugar de químicos. El cultivo orgánico significa rodearse de naturaleza, permitiendo que las hierbas crezcan entre algunas hileras de Así, nuestros cultivos conviven con insectos beneficiosos que contienen los riesgos de plagas de manera natural.

A Vins de Taller también aplicamos algunas prácticas de la biodinámica porque entendemos que sólo se puede tener un suelo vivo en un suelo bien alimentado. Trabajamos para restablecer el equilibrio estructural y nutricional, todo aportándole materia orgánica procedente de la misma propiedad y con la ayuda de rebaños de ovejas vecinos. La lectura de los clásicos siempre ayuda: Olivier de Serres describía, en el siglo XVII, que "en algunas regiones se acostumbra a llevar el ganado ovino por entre los viñedos justo después de la cosecha". También nos adecuamos a los ciclos naturales lunares y los astros para realizar nuestras tareas de plantación y poda. Cuando la luna se encuentra en cuarto decreciente, las raíces son la parte más activa de la planta, y este es el momento que hay que aprovechar para podar las cepas, para que los rebrotes son menos vigorosos, pero la viña es más productiva en fruto.

La Agroforestería también es uno de los principios básicos que aplicamos a nuestros viñedos. Se trata de una técnica que recupera la tradición ancestral de combinar árboles y arbustos con cultivos. La práctica de la Agroforestería en las explotaciones vitivinícolas es todavía muy incipiente. Los beneficios de esta práctica son múltiples: mejora la fertilidad biológica del suelo con la filtración de las aguas de lluvia; reduce la erosión del terreno gracias a las raíces; aumenta la materia orgánica por la descomposición de hojas y raíces; mejora la fijación del nitrógeno en el suelo gracias a la plantación de árboles de la familia de las leguminosas; contribuye a la biodiversidad actuando como refugio para pájaros e insectos polinizadores; y reduce las enfermedades de los cultivos para insectos nocivos y hongos de los árboles se equilibran. La inclusión de árboles en los viñedos también aporta beneficios microclimáticos directos, como el filtrado del viento, la reducción de la incidencia directa de la luz solar sobre el terreno, en los momentos de mayor intensidad, y la contribución a mantener la humedad del suelo gracias al efecto tampón de la evapotranspiración. Esta última característica es cada vez más importante para enfrentarse a las sequías cada vez más frecuentes.

Las nuevas plantaciones suelen optar por el sistema de conducción en espaldera, con podas largas tipo Guyot o bien cortas con cordón Royat, simple o doble. No obstante, continúan existiendo muchas viñas viejas con la conducción tradicional en vaso, con 4-6 brazos y cabezas de dos borrones vistos. Las densidades de plantación de viña pueden ir de los 1.800 a los 4.500 cepas/ha., siendo la más habitual entorno las 2.500 cepas/ha. No obstante, con las últimas plantaciones se está observando una cierta tendencia a incrementar este valor, aproximándolo más a las 3.000 cepas/ha. La producción máxima admitida para poder ser destinada a la elaboración de vinos con DO Catalunya es 10.000 kg/ha para las variedades de uva negra y 12.000 kg/ha para las variedades de uva blanca. Hay 36 variedades de uva autorizadas, autóctonas e internacionales. Esta DO tiene reconocidas 19 variedades de uva blanca, que son: Albarinho, Chardonnay, Chenin, Garnacha blanca, Gewürztraminer, Macabeo, Malvasía, Malvasía de Sitges, Moscatel (de Alejandría y de Frontignan), Parellada, Pedro Ximénez, Picapoll blanco, Riesling, Sauvignon blanc, Sumoll blanc, Viognier, Vinyater y Xarel·lo. Con respecto a las variedades que contempla la DO en el viñedo de uva tinta están: Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Garnacha tinta, Garnacha peluda, Garnacha roja (Garnacha gris), Garnacha tintorera, Merlot, Monastrell, Petit Verdot, Picapoll negre, Pinot noir, Cariñena (Samsó), Sumoll, Syrah, Trepat, Tempranillo (Ull de Llebre) y Xarel·lo rosada. Todos los vinos de la DO Catalunya pueden, o bien buscar la máxima expresión de la materia prima -la uva, mediante fermentación de mostos en depósitos de acero inoxidable y bajo un estricto control de la temperatura-, o bien presentar el buqué característico del contacto con la madera de roble que, a su vez, los enriquece con mayor complejidad. Entre la diversidad de vinos encontramos vinos blancos, vinos rosados y vinos tintos. También hay crianzas, reservas y grandes reservas, con una estada mínima en barrica, en el caso de los tintos, de 6, 12 o 24 meses, y un período de envejecimiento total de 2, 3 o 5 años respectivamente. También disponen de vinos de aguja y vinos de licor.

La Denominació d’Origen Cataluña, aprobada en el año 1999, fue creada para recoger la tradición de elaborar vino tan presente en el territorio catalán desde hace más de 2.000 años. Su objetivo es dar cobertura a diferentes bodegas de unos 200 municipios catalanes que producen vinos de calidad, pero sin una Denominación de Origen específica. También esta DO se creó con el objetivo de que la viticultura experimentase con una gama más amplia de variedades y con menos restricciones, abriendo la posibilidad de embotellar vinos en una denominación con uva proveniente de otra denominación, o de hacer mezclas con uvas de diferentes denominaciones. Es por ello que la investigación e innovación son las principales características de esta DO. Se trata de una denominación de origen creativa, que no duda en aplicar nuevas tecnologías en busca de mejorar la calidad de sus vinos. Bajo esta denominación se incluyen unas 4.000 hectáreas de viñas dispersas por el territorio. En general, domina un clima mediterráneo, con muchas horas de sol y no muy caluroso. En estos terrenos, las viñas se cultivan de manera tradicional. Se pueden encontrar 25 variedades de uva, en las que destaca, entre la uva blanca, la garnacha blanca, el gewürztraminer, el macabeo y la malvasía; y entre la uva negra, el cabernet franc y sauvignon y la garnacha negra. Ampara a vinos blancos, rosados y tintos, y también licorosos tradicionales, mistelas, rancios y dulces naturales. Generalmente, sus producciones tienen un aire moderno e innovador, de color atractivo, de intensidad aromática media y acidez moderada. Los blancos son ligeros y afrutados, y los tintos, potentes y equilibrados. Todos estos vinos pueden conocerse y probarse en la Mostra de Vins i Caves de Cataluña, que tiene lugar en Barcelona a mediados de septiembre. Muchos de los viñedos de la Denominació d’Origen Cataluña se encuentran en torno a monasterios de la Edad Media, como los de Montserrat, Santes Creus, Poblet o Sant Pere de Rodes. Ello es debido a que, en muchos casos, los monjes eran quienes tenían los permisos reales para producir vino. Asimismo, los vinos de esta denominación se pueden conocer visitando las bodegas en las que empezaron a elaborarse.

El clima varía en función de las diferentes áreas de viñedos. El ámbito geográfico de la DO Catalunya tiene globalmente un clima mediterráneo, con muchas horas de sol, más de 2.500 horas al año, con inviernos secos y templados y veranos no demasiado calurosos. La primavera y el otoño acostumbran a ser las estaciones más inestables y lluviosas. La temperatura media anual está entorno de los 14-15ºC y la pluviometría va de los 350mm al año, de las áreas más secas, a los más de 600mm al año, de las zonas más húmedas. En el prelitoral y litoral, las marinadas regulan el calentamiento solar, que es más intenso a medida que nos adentramos hacia el interior.
En la costa, el clima es más suave y templado, con temperaturas que aumentan de norte a sur, inversamente a la pluviometría. El interior, alejado del mar, presenta un clima continental mediterráneo, con inviernos fríos y veranos muy calurosos.

En todos los procesos de crianza los envases de madera de roble tendrán una capacidad inferior o igual a 1000 litros. Para poder utilizar el término crianza, el proceso de envejecimiento será de dos años naturales.
Para los vinos negros, este proceso tendrá una permanencia mínima en bota de madera de roble de seis meses.
Para los vinos blancos y rosados, la duración de este proceso no será inferior a dieciocho meses como mínimo, con una permanencia mínima en bota de madera de roble de seis meses. Para poder hacer constar el término reserva, el proceso de envejecimiento será el siguiente: Para los vinos negros, la duración de este proceso no será inferior a los treinta y seis meses, con una permanencia mínima en bota de madera de roble de doce meses y un envejecimiento en botella de veinticuatro meses. Para los vinos blancos y rosados, la duración de este proceso no será inferior a veinticuatro meses como mínimo, con una permanencia mínima en bota de madera de roble de seis meses y un envejecimiento en botella de dieciocho meses. Para la utilización del término gran reserva, el proceso de envejecimiento será el siguiente: Para los vinos negros, será necesaria una permanencia en bota de madera de roble de veinticuatro meses como mínimo, y un envejecimiento en botella de treinta y seis meses como mínimo.
Para los vinos blancos y rosados, la duración de este proceso será como mínimo de cuarenta y ocho meses, con un envejecimiento en madera de roble como mínimo de seis meses y un envejecimiento en botella de cuarenta y dos meses. En todos los procesos de envejecimiento las botas de madera de roble tendrán una capacidad inferior o igual a 330 litros. Para poder hacer constar el término reserva, el proceso de crianza será: Para los vinos tintos, la duración de este proceso no será inferior a los treinta y seis meses, con una permanencia mínima en envase de madera de roble de doce meses. Para los vinos blancos y rosados, la duración de este proceso no será inferior a veinticuatro meses como mínimo, con una permanencia mínima en envase de madera de roble de seis meses. Para la utilización del término gran reserva el proceso de crianza será: Para los vinos tintos, será necesario una permanencia en envase de madera de roble de veinticuatro meses como mínimo, y una crianza en botella de treinta y seis meses como mínimo. Para los vinos blancos y rosados, la duración de este proceso será como mínimo de cuarenta y ocho meses, con una crianza en madera de roble como mínimo de seis meses. En todos los procesos de crianza los envases de madera de roble tendrán una capacidad inferior o igual a 1000 litros.