La denominación Marche IGT representa una de las áreas vitivinícolas más importantes de la región de Marche. La denominación Marche IGT incluye las provincias de Ancona, Macerata, Fermo y fue creada en 1995. Los vinos de la denominación Marche IGT se basan principalmente en vides como el Alicante, Barbera, Cabernet Franc, Cabernet Sauvignon, Chardonnay, Ciliegiolo, Fiano, Gaglioppo, Grechetto, Malvasia bianca di Candia , Merlot , Moscato bianco, Passerina, Pinot bianco, Pinot grigio, Pinot nero, Rebo, Riesling Italico, Sangiovese, Sauvignon, Syrah, Trebbiano Toscano. El área de producción de vino IGT Marche se encuentra en Marche región e incluye todo el territorio regional.

A partir del siglo X a.C., hay ciertos rastros de viticultura y vinificación en el área de Rosso Piceno DOC, importados por los colonos griegos a quienes se debe la fundación de la ciudad de Ancona. En el mismo período, la acción de los etruscos también fue muy importante para la transmisión de las primeras nociones técnicas del cultivo de la vid y de las técnicas enológicas, que se extendieron, dada la proximidad, en la región de Marche donde se instalaron los Piceni. Que el Piceni, entre los siglos VIII y VII a. C. conocía las uvas y el vino, es atestiguado por el reciente descubrimiento en el centro de Matelica de la tumba de un joven príncipe con una cuenca hemisférica en el interior con 200 semillas de uva de Vitis Vinifera. Entre los siglos VI y XIII, la presencia de abadías y monjes en las Marcas estaba bastante extendida, y para las necesidades litúrgicas, así como para la cantina, en las tierras de propiedad eclesiástica siempre existía la presencia de un pequeño viñedo. Los monjes en las Marcas fueron responsables de la transmisión de técnicas vitícolas y enológicas. En la era de los municipios, las condiciones socio-económicas de la población mejoraron, y la vid también asumió un cierto papel en la economía rural y en la sociedad, también porque el vino dejó de ser una bebida litúrgica y una prerrogativa solo para el clero, pero entra en el hábitos de una comunidad más grande de personas. En los años de transición de los Estados Pontificios al Reino de Italia, Oidium, Downy mildew y Phylloxera llegaron a las Marcas, lo que complicó la situación en el sector del vino. Tuvieron que pasar unos cuarenta años antes de encontrar soluciones para tratar estas enfermedades. En esos años, nacieron las cátedras itinerantes de agricultura que hicieron una contribución significativa a la renovación y modernización de la viticultura y la enología de las Marcas. Después de la Primera Guerra Mundial, con el nacimiento de los nuevos movimientos sociales, se formaron las primeras ligas campesinas y los propietarios se comprometieron a mejorar la productividad de los fondos, con una introducción lenta de nuevas tecnologías que aumentaron los ingresos de las familias campesinas, los primeros tractores, el uso de fertilizantes minerales, etc. Los primeros éxitos reaccionaron con la fragmentación de las granjas y con la reducción de las superficies de las mismas, en las que toda la familia campesina trabajó desde niños hasta madres fértiles. Con el fin de la aparcería, en Piceno aparecieron nuevas figuras de propietarios que fusionaron más granjas y dieron vida a empresas de gestión directa. A principios de los años 90 comenzó una profunda reestructuración de los viñedos, se plantaron viñedos técnicamente adecuados para plantar y se introdujeron numerosas variedades tanto de la antigua Marche como del cultivo internacional.

El origen de la uva garnacha está localizado, según se ha comprobado ampelográficamente, en la región de Aragón, en el noreste de España. Desde allí fueron llevados a otros territorios de la Corona de Aragón, como Cerdeña o el Rosellón, en el sur de Francia. Uno de los primeros nombres que recibió fue "tinto aragonés”. En Cerdeña se conoce como cannonau, donde se afirma que se originó allí y que se extendió a otras tierras del Mediterráneo que estaban bajo el gobierno de Aragón. La garnacha ya estaba bien difundida a ambos lados del Pirineo cuando la región de Rosellón fue anexionada por Francia. A partir de ahí la vid se abrió camino a través de Languedoc y al sur de la región del Ródano, donde quedó bien asentada en el siglo XIX. A pesar de su preponderancia en las cercanas regiones de Navarra y Cataluña, la garnacha no fue plantada ampliamente en La Rioja hasta principios del siglo XX, cuando se replantaron los viñedos después de la epidemia de filoxera. Australia comenzó a plantar cepas de garnacha en el siglo XVIII, convirtiéndose en la variedad de uva de vino tinto más plantada del país hasta que fue superada por la syrah a mediados de los años sesenta. En el siglo XIX, los viticultores de California apreciaron la capacidad de la vid para producir altos rendimientos y soportar el calor y la sequía.

La variedad garnacha crece en cepas muy vigorosas de porte erguido, con elevada fertilidad y muy productivas. Los racimos son entre medianos y grandes, muy compactos y de bayas bastante uniformes, con pedúnculo corto. Las bayas son medianas de tamaño, esféricas, con epidermis de color rojo violeta oscuro, de difícil desprendimiento de su pedicelo. Su hollejo es fino, muy sensible a roces y con mucha pruina. La consistencia de su pulpa es blanda, muy jugosa, sin pigmentación. La garnacha tinta es una variedad muy sensible al mildiu tanto en hojas como en racimos, al black rot, a la excoriosis y a la yesca. Resiste muy bien al oídio, pero no al oídio tardío. Es muy sensible a distintos tipos de corrimientos ya sean fisiológicos, por frio, o inducidos por determinados patrones como Rupestris de Lot. Se ve bastante afectada por la polilla del racimo y los cicadélidos. Sensible a la necrosis bacteriana y a los virus del amarillo y bandeado de nervios, así como al desecado del raquis y por ello con altos requerimiento en magnesio. Su sensibilidad a la botritis y a la podredumbre ácida es media. No tolera bien los suelos muy húmedos o encharcados. Las cepas de garnacha son algo sensibles al corrimiento y poco a la eutipiosis y a los ácaros. Son cepas que resisten muy bien el viento y la sequía, adaptándose a cualquier tipo de suelo. Sus podas han de ser cortas, dando buenas producciones y de calidad al disponerse en espalderas, pero producciones excesivas reducen el color y minimiza su contenido en azúcar y pierde aroma. También es exigente en fósforo y boro. Poco exigente en nitrógeno.

La garnacha está muy presente en todo el mundo, destacando Francia y España, aunque desde finales del siglo XX la superficie plantada ha ido decreciendo debido a que se han puesto de moda otras viñas como tempranillo, cabernet Sauvignon y merlot. En España es común en Borja y Cariñena, ambas en Aragón. Se usa en las zonas de Denominación de Origen Calificada de la Rioja y Priorato, además de en las áreas montañosas al suroeste de Madrid, al norte de la provincia de Toledo (D.O. Méntrida) y en Cebreros (Ávila). Otras regiones vitícolas con considerables plantaciones de garnacha incluyen Costers del Segre, L'Empordá-Costa Brava, La Mancha, Madrid, Penedés, Somontano, Tarragona, Terra Alta. Es una variedad recomendada en las comunidades autónomas de Aragón, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña, Extremadura, Madrid, País Vasco y Comunidad Valenciana y otras con menor presencia. Es la uva protagonista de una gran mayoría de los vinos rosados de la D.O. Navarra. También se elaboran vinos de esta variedad, ya sea monovarietal o coupage, en Francia, Italia, Australia y EE.UU y en menor medida, en Mexico, chile, Uruguay, Argentina y Sudáfrica.

La garnacha es una uva que se utiliza, en muchas zonas, para mejorar el color y la graduación alcohólica de vinos de otras variedades. Los Los vinos jóvenes de garnacha tienen aromas de pimienta recién molida pero manteniendo aromas de frambuesa y moras. Al envejecer, con poca crianza en barricas de roble, los vinos mantienen su color potente, adquieren aromas a fruta madura, manzana y toques minerales, sobre todo los procedentes del Priorato. Son vinos de grado alcohólico elevado, afrutados, redondos y amables, con gran intensidad aromática (frutas negras muy maduras, ciruelas secas) y con buena capacidad de crianza.