Graves AOC es la denominación básica de la subregión de Graves.Tiene plantadas 3.100 hectáreas de viñedos. Graves es una subregión dentro de Burdeos (Francia), ubicada en la orilla izquierda del río Garona, justo al sureste de Burdeos. Esta región obtiene su fama por sus buenos vinos, tanto los tintos como los blancos secos y dulces, que se encuentran en la denominación de origen llamada Graves AOC. Bien es cierto que los vinos tintos son los que mayor producción tienen. Graves AOC es también el nombre de una de las Appellation d'origine contrôlée, AOC, que cubre la mayor parte de la región de Graves, aunque no su totalidad. Esta zona incluye, entre otros pueblos, Sauternes, Pessac, Talence, Léognan, Martillac, Saint-Morillon, y Portets. El nombre Graves deriva de un suelo completamente lleno de grava.​ El suelo es el resultado de los glaciares de la Edad de Hielo que también dejó depósitos de cuarzo blanco que aún pueden encontrarse en el suelo de algunas de las principales fincas de la región.

Fueron los galos los que adaptaron la vid mediterránea del conquistador romano a los climas oceánicos. Los viñedos de Burdeos nacen del encuentro de dos civilizaciones de amantes del vino. El verdadero boom del vino no comenzó hasta la Edad Media. En ese momento, las primeras vides se plantaron en el corazón de la ciudad de Burdeos y sus alrededores, en terrenos pobres y pedregosos no aptos para ninguna otra cultura. En 1152, el matrimonio de Leonor de Aquitania con el rey de Inglaterra Enrique II trajo prosperidad. Esto se basará en la concesión a los "Suburbios" del famoso " Privilegio ". Esta ley impide la importación de vinos desde fuera de Burdeos, hasta agotar las existencias. Los viñedos de Burdeos, por lo tanto, florecen lejos de cualquier competencia desleal. El crecimiento de la demanda local e internacional junto con el desarrollo de fincas vitivinícolas, que se encontraban apretadas dentro de los límites de la ciudad, forzó gradualmente la extensión de los "suburbios de Provostal" a los límites sur y este de Las tierras de Burdeos, incluidas las Langonnais, las zonas de La Brède, Mérignac y Martillac, aportan una mayor diversidad de suelos. La Edad de Oro comienza en el siglo XIV con la locura por "clairet". Este vino rosado fue muy exitoso debido a su vivacidad y su carácter refrescante, que complació enormemente al comerciante de los puertos de Inglaterra y Hansa. Los viñedos de Burdeos llegaron a producir solo el 17% de vino tinto, para el 80% de vinos rosados, los vinos blancos eran entonces anecdóticos en esta región. Desde el siglo XVI hasta el siglo XVIII, grandes propiedades se unieron a la producción de vinos de calidad. Estos vinos, que luego aparecen bajo el nombre común de "vinos Graves", fueron considerados el vino de Burdeos por excelencia . Las exportaciones a Inglaterra y el norte de Europa están en marcha. La Côte des Graves luego dominó el mercado hasta finales del siglo XVIII. Superar las sucesivas crisis del vino de los siglos XIX y XX vinculadas a enfermedades (mildiu, mildiu y filoxera), a las heladas de invierno en 1956, a las oleadas de urbanización en las aglomeraciones de Burdeos y Langonian, así como a la competencia de los vinos del Nuevo Mundo, El renacimiento económico de los vinos de Burdeos comenzó en la década de 1970. Los vinos Graves lo aprovechan al máximo y recuperan gradualmente su superficie y su rango histórico entre las grandes denominaciones de Burdeos.

Los vinos de la AOC Graves son notables por su elegancia. Los vinos de ensamblaje, que resultan de una mezcla sutil y variable de varias variedades de uva, son caldos rojos, caldos blancos secos o dulces.En la actualidad, 240 viticultores de la denominación cultivan 3.500 hectáreas de viñedos que trabajan con pasión y rigor para continuar produciendo vinos blancos y tintos que estén a la altura de su notoriedad. Cada año se producen 160.000.- hl de media, el equivalente a 20 millones de botellas. Aproximadamente las 2/3 partes de esta cantidad corresponden a vinos tintos. El tercio restante es para los vinos blancos. Los vinos tintos, GRAVES Rouge, son famosos por sus aromas a frutas rojas y su hermosa estructura tánica. Estos vinos se benefician de una siembra equilibrada donde los Cabernets aportan aromas y estructura y el perfume Merlot y la flexibilidad a los que se agregan Petit-Verdot, Malbec y Carmenère. Los vinos blancos, GRAVES Blanc, producidos con Semillon desarrollan notas florales, así como una grasa natural que no excluye la frescura. Ensamblados con Sauvignon, con cualidades de vivacidad y expresión y Muscadelle con notas ligeramente almizcladas, en los vinos GRAVES Blanc resaltan aromas de flores y cítricos, a veces acompañados de notas exóticas o de menta. Su envejecimiento en barrica, cada vez más frecuente, les permite ganar riqueza y complejidad después de unos años de envejecimiento. Los blancos no leñosos juegan muy bien con la fruta y la frescura y, en este caso, son transportados en gran medida por el Sauvignon Blanc. Los vinos dulces, GRAVES SUPERIEURES, elaborados a partir de uvas cosechadas con sobre-maduración, cosechadas por clasificación manual sucesiva, se estructuran alrededor del Sémillon proporcionando vinos redondos, amplios, de color dorado, a veces asociados con Sauvignon y Muscadelle, lo que aporta frescura.

Este terruño proviene de una larga y compleja historia, estrechamente relacionada con el nacimiento del río Garona, los cambios en su diseño y los sucesivos episodios glaciales de la era Cuaternaria. Verdadero encaje geológico , está compuesto, como su nombre lo indica, de guijarros, guijarros, gravas más o menos grandes, arenas mezcladas con limos y arcillas, que descansan en lugares sobre calizas pero generalmente sobre arena pura o arcillas. Estos suelos pobres con alta permeabilidad y las pendientes que promueven el flujo de agua, aseguran una regulación óptima del suministro de agua de la vid. Como reflejo de la radiación solar, la grava redistribuye gradualmente el calor en los racimos y, por lo tanto, contribuye a una mejor maduración de las uvas. En cuanto al clima, es representativo de la Gironda, influenciado por el Océano Atlántico : templado y favorable a la vid por su dulzura.

Cabernet Sauvignon, la variedad de uva más antigua de Burdeos, es el vino que le da al vino un gran potencial de envejecimiento mientras desarrolla un bouquet notable. Con la variedad Merlot, los vinos Merlot desarrollan aromas de fruta madura y a menudo tienen una estructura tánica bastante ligera. Son coloridos y florecen más rápido que los vinos de Cabernet Sauvignon con los que van particularmente bien. Con el Cabernet Franc, variedad menos presente que las dos variedades de uva anteriores, juega un papel importante y aporta, por su riqueza en azúcar y sus taninos, flexibilidad y elegancia. El Petit Verdot, es una variedad de uva de maduración tardía, aporta color intenso, riqueza tánica y potencia aromática caracterizada por la violeta al vino. Y por último la uva Cot, o Malbec, que es una uva poco presente en la denominación. Otra variedad es el Sauvignon Blanc, esta variedad aporta una gran riqueza en azúcares y un muy buen potencial aromático. Da vinos blancos secos de color amarillo pálido con un aroma particularmente fino y pronunciado que se vuelve muy complejo a medida que envejecen. Otra variedad es el Sémillon, que es una variedad dominante en la región; Sémillon produce vinos dorados y carnosos con gran finura. El Muscadelle, otra variedad minoritaria, se utiliza con moderación, proporciona afrutado y floral. Los vinos blancos secos de la denominación Graves son elegantes y carnosos. Elaborados con Semillon, desarrollan notas de cera y miel, así como una grasa natural que no excluye la frescura. Y por último la variedad Sauvignon Gris, que revela aromas complejos de pomelo, complementados con un ligero toque de tostadas y humo. El sabor revela aromas de mentol y naranja.

La variedad Semillón es una uva blanca originaria de la región francesa de Burdeos, donde se emplea en coupage con la variedad Sauvignon Blanc para elaborar algunos de los mejores y clásicos vinos Sauternes. Esta cepa ha sido injustamente considerada creyendo que con ella no se podían elaborar mucho más que vinos sencillos. La historia de la uva semillón es difícil de determinar. Se sabe que llegó a Australia por vez primera a principios del siglo XIX y que sobre el año 1820 la uva crecía en el 90% de los viñedos de Sudáfrica, donde se la conocía como wyndruif, esto es, “uva de vino”. En el pasado se le consideró la uva más plantada del mundo, aunque esto ya no es así.

Es una variedad muy bien adaptada a todo tipo de suelos, diferenciándose en los aromas que son más suaves en suelos silícicos y más intensos en suelos calcáreos. De alta fertilidad y productividad por lo que debe podarse en pulgares cortos y evitar varas en la poda Guyot. Las cepas presentan un pámpano de porte semi-ergido, son vigorosas y dan buenas producciones, su desborre es temprano y la maduración tardía. Los racimos de semillón son grandes y compactos, con pedúnculo corto y hombros muy marcados, bayas de difícil desprendimiento. Las uvas, de sección elíptico-circular, son grandes y bastante uniformes, tienen una piel fina de color verde muy vivo que torna a un verde amarillento al madurar, su hollejo es fino, con poca pruína, es muy sensible a las heridas por rozamiento. Con pulpa sin pigmentación, blanda y muy jugosa. La semillón es una variedad muy bien adaptada a todo tipo de suelos, diferenciándose en los aromas que son más suaves en suelos silícicos y más intensos en suelos calcáreos. Sensible a la podredumbre gris, que potenciada o inoculada sobre los racimos en maduración da excelentes dulces y licorosos peculiares (tipo sauternes). También lo es al mildiu, al black rot, a las enfermedades de la madera y muy especialmente a la yesca. La polilla del racimo, los cicadélidos y los ácaros le afectan sensiblemente. Es poco sensible al oídio y a la eutipiosis. Resiste bastante bien los fríos primaverales, el sol y los calores intensos e incluso a la sequía. Con pocos requerimientos en Magnesio, posee una alta demanda en potasio por lo que debe evitarse su injerto sobre patrones sensibles a la carencia en potasio.

En Francia, la semillón crece sobre todo en Burdeos, donde es mezclada con la sauvignon blanc y la moscatel. Conocida también como bordeaux blanc, se hacen vinos secos de coupage en las AOC de Pessac-Léognan, Graves, Entre-Deux-Mers y otras con menos renombre. También se pueden encontrar viñedos de esta variedad en Portugal, Israel, California, Chile, Argentina, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda. Actualmente se dice que Chile es el país con mayores plantaciones de esta uva. En Argentina existen dos zonas ideales para su implantación por sus características climáticas, el valle de Uco y el Alto Valle del Río Negro.

Esta variedad es la base de la mayoría de los Burdeos blancos ya sean del tipo secos (Graves) como de los dulces y procedentes de uvas con botritis (Sauternes), aunque casi siempre estos vinos están faltos de acidez. Los vinos jóvenes son herbáceos y muy afrutados y al envejecer en barricas de roble se obtienen vinos secos de gran calidad, con sabor a pan tostado y a miel, muy redondos y con bastante densidad y cuerpo. En Burdeos, cuando se utiliza para hacer vinos dulces (como los e Sauternes, Barsac y Cérons) suele ser la variedad mayoritaria. En estos vinos, la vid se expone a la podredumbre noble o a la botrytis cinerea, que consume parte del contenido de agua de la uva, aumenta su acidez y concentra la cantidad de azúcares presentes en la pulpa.

La cepa Sauvignon, cuyo nombre nace de la unión de sauvage (salvaje) y vignon (viña), es originaria de Sancerre y Pouly-Fume donde se producen vinos dulces muy reconocidos. Existen gran cantidad de viñedos plantados en la zona de Burdeos (Francia), y según la Organización Internacional de la Viña y el Vino, en su informe de 2013, es la cuarta variedad de uvas blancas más difundida en el mundo con 121000 Ha.

Los racimos de Sauvignon son pequeños, con uvas también pequeñas, compactas y uniformes, tan apretadas que suelen deformarse al presionarse entre ellas. La forma de las uvas es redondeado-elíptica, su epidermis es verde con estomas y lenticelas muy visibles en maduración. El pedúnculo es muy corto y robusto, lo que hace difícil el desprendimiento de la baya. El hollejo es bastante grueso y su pulpa apenas tiene pigmentación, pero es muy jugosa, consistente y deja en boca un sabor afrutado y muy aromático. Las cepas son vigorosas, de desborre tardía y dan unas producciones altas, al igual que sus rendimientos. Esta variedad de viña se desarrolla bien en suelos poco fértiles, sueltos y que no tiendan a encharcarse. Su resistencia a las heladas invernales es media, pero tolera bastante bien los fríos primaverales. Es muy sensible a varias enfermedades y plagas como la podredumbre gris del racimo, la eutipiosis, el complejo de hongos de la madera, incluso la yesca, el mildiu, el black rot y la excoriosis. También le afecta sensiblemente la polilla del racimo, los ciacdélidos y los ácaros, así como el desecado de raquis y las sequías intensas y la carencia de magnesio.

Los suelos donde se encuentran viñas de la variedad Sauvignon, requieren de altos niveles de fósforo y magnesio y, debido a lo vigoroso de esta viña, necesitan ser abonados con poco nitrógeno puesto que, si no se hiciese de esta manera, se producirían muchas racimas (conjunto de racimos que por pequeños y despreciables quedan en las cepas cuando se vendimia) ya que muchas yemas del año brotan dando hijuelos de madera. Una buena opción es utilizar el abonado foliar pues, aunque a veces retrasa la maduración del fruto, obtiene muy buenos resultados. Debido a que no es fértil en las primeras yemas, es recomendable hacer podas largas para la obtención de rendimientos medios-altos. Los vientos fuertes le afectan notablemente, ya que sus sarmientos son frágiles y quebradizos, por lo que se recomienda su conducción en espaldera, lo que también.

Es una variedad que se puede utilizar tanto para vinos jóvenes como para vinos con crianza, aunque su envejecimiento no es fácil, para lo cual se requiere mantener el vino durante mucho tiempo en barricas de roble, siendo vinos más complejos con aromas calizos, pedregosos y a humo. Las sensaciones de los vinos Sauvignon cambian en función del suelo en el cual se produce, pero por lo general, los mostos obtenidos con esta uva son ácidos, sabores a frutas verdes, hierba y hojas, con recuerdos a grosellas, sauco, setas y flores, produciendo unos vinos blancos, de alcohol medio y acidez elevada, secos, muy elegantes y equilibrados, con aromas de hierba recién cortada. En boca es fresco y persistente. Como maridaje, se recomienda acompañar el Sauvignon con pescados, mariscos o ensaladas.