En el año 2006 la familia Coppola adquirió el histórico Château Souverain en el Condado de Sonoma, California, consiguiendo así, un hogar para los vinos de la popular Diamond Collection. Corey Beck, viticultor con más de 20 años de esperiencia fue elegido para ser el CEO y Jefe de vinificación de la compañía. En los cuatro años siguientes, Corey y el famosísimo director de cine trabajaron a la par dándole una nueva vida a la propiedad y expandiendo el negocio de los vinos. En el año 2010, después de grandes renovaciones, la bodega abrió salas de cata, dos restaurantes, una piscina, una galería de cine, un pabellón para las artes performativas y un área de parque con mesas de juego y canchas de bolos. Corey no sólo estuvo a cargo de las renovaciones, sino que también realizó grandes mejoras en la línea de embotellamiento y la bodega, ampliando el catálogo de vino a las once marcas diferentes que comercializan actualmente.

Francias y Eleanor Coppola siempre fueron grandes defensores de la sustentabilidad, no solo en su vida privada, sino también en sus proyectos y negocios. Esto ha llevado a que por más de cuatro décadas la familia buscara formas innovadoras de implementar políticas y acciones de protección del medio ambiente. En sus viñedos y en la bodega se busca implementar técnicas que mejoren la eficiencia minimizando el impacto, a la vez que se crea un hábitat propicio a la vida silvestre, los empleados de la compañía y los visitantes. Tanto la bodega Francis Ford Coppola Winery como los viñedos y la finca en la que se encuentran ambos están certificados por la California Sustainable Winegrowers Alliance (CSWA) por su compromiso con la sustentabilidad. Esta certificación abarca desde las operaciones de la bodega y los viñedos hasta la seguridad de sus trabajadores y las continuas mejoras en reducir el impacto ambiental.

Entre los vinos que elabora y comercializa Francis Ford Coppola Winery se destacan:
- The Family Coppola: lleva la etiqueta con el diseño original, en letra de Eleanor Coppola, de los primeros vinos embotellados por la familia Coppola a principios de la década de 1980.
- Francis Coppola Reserve: producción limitada que presenta viñedos de gran calidad de las reconocidas denominaciones de Sonoma. Pertenecen a este grupo: Late Harvest Semillon, Petite Sirah - - Dessert Wine, Viognier, Pinot Noir y Chardonnay, entre otros.
- Director’s Cut: nació como la expresión de lo que Corey Beck considera la quinta esencia de Sonoma. La colección incluye Cinema, Cabernet Franc, Final Cut, Pinot Noir, Zinfandel y Technicolor.
- Diamond Collection: elaborados a partir de uvas provenientes de viñedos de toda California, desde la costa hasta los valles tierra adentro. Aquí encontramos: Pavilion, Chardonnay Can, Oregon Pinot Noir, Claret, Pinot Grigio y Red Blend, entre otros.

La variedad Chardonnay es el fruto de una viña originaria de la región francesa de Borgoña, donde se localiza un pueblo del mismo nombre. Dentro de las uvas blancas, es la más extendida y popular en todo el mundo, por lo que, para mucho público, Chardonnay es sinónimo de vino blanco. Es una uva muy equilibrada en fruta, acidez y textura. Se puede considerar que marida con todo, desde comidas potentes hasta las más suaves, desde platos picantes y quesos fuertes, hasta pescados y aves. Además de los vinos blancos de mesa, es la uva con la que se elaboran la mayor parte de los champanes.

Si fuera una persona, Chardonnay sería un diplomático por su facilidad de maridaje, diversidad en sabores y facilidad de consumo. Como la uva en sí no tiene un sabor concreto, extrae su aroma del terruño donde se cultiva y obtiene sabores muy diversos, que pueden ser desde vinos muy limpios y sabrosos hasta otros ricos en toques de roble y mantequilla. Su racimo es de tamaño más bien pequeño, bastante compacto y con pedúnculo muy característico y de tamaño muy reducido. Las uvas en sí son pequeñas, uniformes y muy esféricas. Su piel es amarillento-verdosa cuando madura, hollejo de grosor considerable y una pulpa poco o nada pigmentada, textura blanda, muy jugosa y con aroma afrutado. La cepa es precoz en su brote, vigorosa, resistente y muy versátil por adaptarse a terruños y climas muy diversos, con la única condición de que no sean excesivamente húmedos. Es muy fértil, aunque con rendimientos bajos, aunque de una calidad bastante elevada. Esta viña se ve afectada por suelos con carencia de magnesio y precisa de niveles altos de fósforo y nitrógeno. Es una variedad de uva muy sensible a la carencia de magnesio y muy afectado por el secado fisiológico del raspón. En cuanto a sus hándicaps, es sensible al oídio, a la flavescencia dorada, al mildiu y a la podredumbre gris, así como a la polilla y a los cicadélidos y especialmente a los ácaros. Por otra parte, los hongos de la madera no le afectan en exceso y resiste perfectamente a la clorosis. Debido a su desborre precoz y maduración temprana es una viña que no gusta de los fríos primaverales, dando unos rebrotes de muy baja fertilidad, no obstante, aguanta bien los inviernos crudos y es muy resistente a los vientos fuertes.

Podemos encontrar esta variedad de uva prácticamente en cualquier área vitivinícola pues está extendida mundialmente. Es muy común en Francia, España e Italia, aunque también se cultiva en Portugal, Estados Unidos, Australia, nueva Zelanda, en los países de América del sur y en África del Sur. Se calcula que hay en torno a 160,000Ha de uva chardonnay plantadas, de las cuales una tercera parte está en Francia. Además de su nombre genérico, también es conocida como Franciacorta en Italia, Chardoney y Pino Shardone en Bulgaria, Feinburgunder y Morillon en Austria y Pinot Chardonnay en Chipre.

Sus características pueden variar desde vinos ricos, gruesos y espesos, adecuados para envejecer en botella, a vinos más ligeros y frescos hechos sin madera y destinados a ser bebidos jóvenes. Es una de las variedades con que se elaboran el Champagne. Los vinos chardonnay presentan en su fase visual una capa variable entre pajiza muy pálido y un amarillo casi dorado, con reflejos verdosos. En nariz se observan los aromas característicos que son manzana verde, limón, pomelo, pera, acacia, frutas tropicales como mango, piña, banana, melón o ananá, algo de especias o caramelo. Cuando envejecen en barrica despiertan aromas a vainilla, miel y manteca. Su boca es elegante, larga, sin demasiada acidez, pero con una gama de sabores que va desde manzanas a cítricos, melón, peras, miel, cera, caramelo, dulce de leche y minerales entre los más destacados. Como consejo, es preferible adquirir vinos de esta variedad que se elaboren en regiones vinícolas de clima frío.