Antes de 1894, las uvas Nebbiolo se vendían para hacer vino Barolo, o simplemente se etiquetaban como "Nebbiolo di Barbaresco". Pero en esa fecha, Domizio Cavazza, director de la Real Escuela de Enología de Alba y residente de Barbaresco, creó la primera cooperativa, "Cantine Sociali", al reunir a nueve propietarios de viñedos de Barbaresco para hacer vino en el castillo local que poseía. Cavazza entendió que había diferencias entre las uvas Nebbiolo cultivadas en el distrito de Barolo, y las mismas uvas cultivadas en el distrito de Barbaresco y, por primera vez, lo reconoció en la etiqueta del vino. El "Cantine Sociali" se vio obligado a cerrar en la década de 1920, debido a las reglas económicas fascistas. En 1958, el sacerdote del pueblo de Barbaresco, reconociendo que la única forma en que las pequeñas propiedades podían sobrevivir era uniendo sus esfuerzos, reunió a diecinueve pequeños productores y fundó el Produttori del Barbaresco. Las primeras tres cosechas se hicieron en el sótano de la iglesia, y luego en la bodega construida al otro lado de la plaza donde todavía se encuentra el Produttori. Unidos una vez más, los pequeños productores continuaron el trabajo iniciado por Domizio Cavazza, produciendo solo vino Barbaresco y mejorando, tanto la reputación del vino, como la del pueblo.

La “Denominazione di Origine Controllata e Garantita Barbaresco”, traducida al español como denominación de origen controlada y garantizada Barbaresco, se encuentra en una zona rica en viñedos del noroeste de Italia, el Piamonte, a dos horas en coche de Milán, a una hora de Turín, y aproximadamente una hora y media de la frontera francesa. El Barbaresco, como su gran vecino Barolo, se vinifica en varietal de Nebbiolo. Esta región DOCG, delimitada en 1966, incluye cuatro comarcas (Barbaresco, Treiso, Neive y Alba), donde hay plantadas 700 hectáreas, una superficie mínima comparada con la región de Barolo. Los viñedos están a alturas de entre 180 y 400 metros, y así las uvas maduran más temprano que en Barolo. En esta comarca, Barbarsco, que da nombre a la región vinícola, se encuentran algunos de los viñedos de más renombre, como Asili y Rabajà. Los vinos de Neive, en el noreste de la región DOCG, suelen ser más vigorosos y con taninos más angulosos que los del resto de las comarcas. El clima continental del distrito de Barbaresco disfruta de veranos calurosos, primaveras y otoños moderadamente cálidos e inviernos nevados y fríos, con temperaturas comprendidas entre -10 °C y 35 °C La insolación juega un papel crucial en la calidad del cultivo, por lo que los viñedos de Nebbiolo siempre ocupan las mejores ubicaciones en las laderas expuestas al sur, suroeste y sureste, buscando todo el sol posible.

Dependiendo del clima de verano, la época de cosecha de Barbaresco puede variar entre la última semana de septiembre y finales de octubre, un poco antes que la cosecha en el distrito de Barolo. Todas las uvas se cosechan a mano y, para el Produttori del Barbaresco, se cosechan en pequeñas cestas. El mosto fermenta a 28 °C en depósitos de acero inoxidable durante dos o tres semanas, antes de que se acumulen y se mantengan en depósitos hasta el después del siguiente verano. Luego, el vino se envejece en barrica durante uno o dos años, y descansa en botellas durante seis meses antes de su lanzamiento.

Los vinos Barolo y Barbaresco se elaboran 100% con variedad Nebbiolo, la cual lleva cultivándose, en la zona que hoy ocupa la DOCG Barbaresco, desde el siglo XIII. Nebbiolo es una variedad de maduración tardía, muy sensible a los diferentes suelos y al clima y tiene una gama compleja y fascinante de sabores. Las uvas se cultivan en suelo arcilloso, a una altitud de 200 a 400 metros sobre el nivel del mar, en colinas muy empinadas "prealpinas" en el sur del Piamonte. El suelo es arcilloso y rico en piedra caliza, aunque con concentraciones variables de caliza y venas arenosas en cada ladera, dando características diferentes en cada viñedo.

Barbaresco es un vino tinto seco, elegante, con cuerpo, rico en taninos y con una nariz muy compleja. Los barbarescos jóvenes se cierran un poco en boca, tienen una nariz agradable con aromas afrutados y un final picante y tánico. Al evolucionar con el tiempo, cuando se ha desarrollado completamente durante unos años, revela aromas de flores secas, violetas, trufas blancas, anís, presenta una boca compleja al abrirse, tánico, potente con un acabado suave pero persistente. Tradicionalmente degustado con platos de caza, carne, aves, polenta, fonduta y trufa blanca del Piamonte, Barbaresco es un rico complemento para muchos platos. El vino es largo en el paladar y, una vez abierto, se puede beber una botella en el transcurso de tres o cuatro días. La mejor temperatura de servicio es de alrededor de 18 ° C (65 ° F).